De acuerdo con el Catequismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 1030, "Todas las personas que mueran en la gracia y amistad de Dios, pero aún en estado imperfecto de purificación, tienen garantizada su salvación eterna, pero después de la muerte estas personas pasarán por una purificación, de forma tal que puedan lograr la santidad necesaria para entrar a la paz celestial."
El Concilio Vaticano Segundo, en su página 63 dice, "La verdad ha sido divinamente revelada acerca de que los pecados traen como consecuencia castigos. La santidad y la justicia de Dios lo demanda. Por tanto, los pecados deben ser expiados. Esto debe ser hecho en esta tierra a través de penares, sufrimientos, miserias y tribulaciones en esta vida, y últimamente, a través de la muerte. De otra forma, la expiación debe hacerse en la próxima vida, a través de tormentos y fuego o a través de castigos de purificación."
Este proceso de "purificación" ocurre en un lugar designado por la Iglesia Católica "Purgatorio". De acuerdo con esta doctrina de la Iglesia Católica, el purgatorio no se supone que sea un lugar de castigos, sino un lugar de purificación. La naturaleza de tal purificación, de acuerdo con varios teólogos católicos, va desde una consciencia extrema de pérdida, hasta un intenso y terrible dolor, causado por el "fuego purificador".
De acuerdo con la doctrina de la Iglesia Católica, aunque una persona esté en estado de gracia, esta persona no puede entrar al cielo hasta que los pecados que quedaron pendientes durante la vida en la tierra sean purificados. De acuerdo con la Iglesia Católica, el bautismo perdona los pecados cometidos hasta el punto de su consumación, pero las oraciones, indulgencias, penitencias, absoluciones y la Misa, son medios a través de los cuales el pecador es capaz de espiar los pecados cometidos después del bautismo.
Si después de la muerte tales pecados no son remitidos o perdonados, tal persona tendrá que sufrir las "llamas de la purificación" hasta que quede suficientemente limpio y puro para poder estar ante la presencia de Dios. Además de todo esto, las intercesiones hechas por los católicos en nombre de aquellos que están en el presente en el purgatorio tienen la habilidad de ayudar en el proceso. Esto además se logra diciendo la Misa, ciertos hechos de penitencia, decir el Rosario, o por indulgencias donde los beneficios son aplicados a la persona muerta que se encuentra en el purgatorio. ¿Quiénes van al purgatorio?
De acuerdo con esta doctrina católica, el purgatorio no es para todo el mundo. Los niños bautizados que mueran antes de la edad del conocimiento del bien y del mal y los "santos" Católicos que murieron y vivieron una vida santa, están excusados de "llamas de la purificación".
¿Cuánto dura tal purificación en el purgatorio?
El tiempo que alguien debe sufrir en este estado realmente no es conocido, pero se considera que deberá ser proporcional a la naturaleza y la severidad de los pecados cometidos. Por tanto, este tiempo podría ser desde unas horas hasta miles de años. "Mientras peor fue la persona, más tiempo deberá purgarse."
¿Es el purgatorio una doctrina cristiana ortodoxa?
Todo cristiano debe saber que la Biblia es la única fuente autoritaria de verdad, y por tanto, esta doctrina católica del purgatorio tiene muchas objeciones peligrosas para la vida cristiana.
1. El purgatorio no se enseña en la Biblia.
2. La existencia de un lugar como este implica que el sacrificio de Cristo en la Cruz no limpia de todos los pecados.
3. El purgatorio implica que nuestras obras son realmente las que nos llevan al cielo, en vez de la fe en Cristo.
4. Finalmente, la doctrina católica del purgatorio implica que existe algo que debemos hacer para ser limpiado de nuestros pecados.
"Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois salvos; Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas."
Efesios 2:5-10
Los católicos, por supuesto, no están de acuerdo con nuestra posición. Ellos recurren a la cita de la literatura producida por varios "padres de la Iglesia", de la literatura apócrifa, y algunas referencias bíblicas sobre la purificación por fuego tomadas fuera de contexto.
Sin embargo, sin comenzar este análisis con prejuicios, yo particularmente creo que tal doctrina no tiene ninguna base bíblica y que como cristiano que soy, debo basarme solamente en lo contenido en la Biblia para buscar mi salvación. Es una pena que el sacrificio magno de Cristo sea puesto en segundo plano para dar cabida a conjeturas como estas, de las que no se tiene ninguna referencia bíblica fidedigna.