jueves, 9 de diciembre de 2010

NOMBRES DE DIOS Y SU SIGNIFICADO











1) ADONAI, Significado: El Señor, Mi gran Señor.
Aplicación: Dios es el Amo y Señor majestuoso. Dios es nuestra autoridad plena.
Referencias bíblicas: Salmo 8; Isaías 40: 3-5, Ezequiel 16:8; Habacuc 3:19.

2) EL, Significado: El fuerte.
Aplicación: Él es más poderoso que cualquier Dios falso. Dios vencerá todos los obstáculos. Nosotros podemos depender de Dios.
Referencias bíblicas: Éxodo 15:2; Números 23:22, Deuteronomio 7:9 (Marcos 15:34).

3) EL ELOHE ISRAEL, Significado: Dios el Dios de Israel.
Aplicación: El Dios de Israel es totalmente distinto de todos los dioses falsos y es único; nadie es como Él.
Referencias bíblicas: Génesis 33:20; Éxodo 5:1, Salmo 68:8; Salmo 106:48

4) EL EYÓN, Significado: El Dios Altísimo.
Aplicación: Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra confianza. El Elyón tiene supremacía sobre todos los Dioses falsos.
Referencias bíblicas: Génesis 14:17-22; Salmo 78:35; Daniel 4:34 (Hechos 16:17)

5) ELOHIM, Significado: El Creador todopodero.
Aplicación: Dios es el creador todo poderoso del universo. Dios conoce todo, crea todas las cosas y está en todas partes en todo momento. Es el plural de “El”.
Referencias bíblicas: Génesis 1:1-3; Deuteronomio 10:17, Salmo 68 (Marcos 13:19).

6) EL OLAM, Significado: El Dios Eterno.
Aplicación: Él es el Principio y Fin, el que lleva a cabo sus propósitos a través de las edades. El da fuerzas al fatigado.
Referencias bíblicas: Génesis 21:33; Salmo 90:1,2, Isaías 40:28 (Romanos1:20).

7) EL-ROI, Significado: El Dios que me ve.
Aplicación: No existe ninguna circunstancia de nuestra vida que escape de su conocimiento y cuidado paternales. Dios nos conoce a nosotros y a nuestros problemas.
Referencias bíblicas: Génesis 16:11-14; Salmo 139-7-12.

8) EL-SHADDAI, Significado: El todo suficiente, El Dios de las montañas, Dios Todopoderoso.
Aplicación: Dios es la fuente inagotable de toda bendición. Dios es Todopoderoso. Nuestros problemas no son demasiado grandes como para que Dios no los pueda manejar.
Referencias bíblicas: Génesis 17:1-3; 48:3; 49:25, 35:11, Salmo 90:2.

9) EMANUEL, Significado: Dios con nosotros.
Aplicación: Jesús es Dios entre nosotros. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.
Referencias bíblicas: Isaías 7:14; 8:8-10 (Mateo 1:23).

10) JEHOVÁ, Significado: “YO SOY”, el que es autoexistente.
Aplicación: Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Es necesario que le obedezcamos.
Referencias bíblicas: Éxodo 3:14; 6:2-4, 34:5-7; Salmo 102.

11) JEHOVÁ JIREH, Significado: El Señor proveerá.
Aplicación: Así como Dios proveyó un carnero como sustituto de Isaac, Él proveyó a su hijo Jesús como el sacrificio definitivo. Dios suplirá todas nuestras necesidades.
Referencias bíblicas: Génesis 22:13, 14; Salmo 23 Marcos 10:45; Romanos 8:2.

12) JEHOVÁ MEKADDESH, Significado: El Señor que santifica.
Aplicación: Dios aparta un pueblo escogido, santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar.
Referencias bíblicas: Éxodo 31:12, 13 ;1 Pedro 1:15,16; Hebreos 13:12; 1 Tesalonicenses 5:23,24.

13) JEHOVÁ-NISSI, Significado: El Señor es mi bandera.
Aplicación: Dios nos da la victoria contra la carne, contra el mundo y contra el diablo. Nuestras batallas son sus batallas de la luz contra las tinieblas y del bien contra el mal.
Referencias bíblicas: Éxodo 17:15,16; Deuteronomio 20:3,4, Isaías 11:10-12 ;Efesios 6:10-18.

14) JEHOVÁ-RAFA, Significado: El Señor sana.
Aplicación: Dios ha provisto en Jesucristo la sanidad definitiva para la enfermedad espiritual, física y emocional. Dios puede sanarnos.
Referencias bíblicas: Éxodo 15:25-27; Salmo 103:3, 147:3 ;1 Pedro 2:24.

15) JEHOVÁ-ROHI, Significado: El Señor es mi pastor.
Aplicación: El Señor protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Dios nos cuida tiernamente como un pastor poderoso y paciente.
Referencias bíblicas: Salmo 23:1-3, Isaías 53:6; Juan 10:14-18; Hebreos 13:20; Apocalipsis 7:17.

16) JEHOVÁ-SABAOT, Significado: El Señor de los Ejércitos.
Aplicación: El Señor de las huestes celestiales cumplirá siempre sus propósitos, aun cuando fracasen las huestes de su pueblo terrenal.
Referencias bíblicas: 1 Samuel 1:3; 1 Samuel 17:45; Salmo 46:7, Malaquías 1:10-14; Romanos 9:29.

17) JEHOVÁ-SHALOM, Significado: El Señor es paz.
Aplicación: Dios derrota a nuestros enemigos para darnos paz. Jesús es nuestro Príncipe de paz. Dios da paz y armonía interior.
Referencias bíblicas: Números 6:22-27; Jueces 6:22-24, Isaías 9:6;Hebreos 13:20.

18) JEHOVÁ-SHAMMAH, Significado: El Señor está presente. El Señor es mi compañero.
Aplicación: La presencia del Señor no está limitada o circunscripta al tabernáculo o al templo, sino que es accesible para todos los que lo aman y lo obedecen.
Referencias bíblicas: Ezequiel 48:35; Salmo 46; Mateo 28:20; Apocalipsis 21.

19) JEHOVÁ-TSIDKENU, Significado: El Señor nuestra justicia.
Aplicación: Jesús es el rey que vendría del linaje de David, y es quien nos imparte su justicia.
Referencias bíblicas: Jeremías 23:5,6; 33:16; Ezequiel 36:26,27;2 Corintios 5:21.

martes, 7 de septiembre de 2010

Es la Biblia Inspirada?

2 Ti 3:16-17: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.”

La doctrina de la inspiración de la Biblia significa que la Biblia en los documentos originales es inspirada por Dios, o sea, es un producto divino, y debido a que es divino, los documentos originales son sin error. Las copias de estos documentos no son inspiradas; pero nosotros tenemos copias de los documentos inspirados

Pablo, quien escribió esta epístola estaba obviamente refiriéndose a todo el Antiguo Testamento como inspirado. La palabra “inspirada” es literalmente el “aliento de Dios”. Esta es una frase interesante ya que implica que las Escrituras se deben al aliento de Dios. De igual forma Pedro dice en 2 P 1:21: “porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” Note que Pedro está declarando que la profecía no es el producto de la voluntad humana; más bien, la profecía se debe a aquellos movidos por el Espíritu Santo.

Aún más, podemos fácilmente ver que las Escrituras del Antiguo Testamento están llenas de declaraciones y frases que reclaman ser la Palabra de Dios.

1. “Así dice el Señor” ocurre 418 veces en la Nueva Versión Estándar Americana y 413 veces en la Versión King James. En la Versión Reina-Valera 1960, se lee: “Jehová ha dicho así” o “…así dijo Jehová.”


A. Éxodo 4:22: “Y dirás a Faraón: Así dice el Señor: Israel es mi Hijo, Mi primogénito.”

B. 1 R 11:31: “y dijo a Jeroboam: ‘Toma para ti los diez pedazos; porque así dice el Señor, el Dios de Israel: He aquí que yo rompo el reino de la mano de Salomón, y a ti te daré diez tribus;”

C. Is 7:7: “así dice el Señor Dios: ‘No subsistirás, ni será.’”

2. “Dijo Dios” ocurre 46 veces tanto en la NVEA y VKJ

A. Gn 1:3: “Entonces dijo Dios: ‘Sea la luz’; y fue la luz.”

B. Ex 3:14: “Y dijo Dios a Moisés: ‘YO SOY EL QUE SOY’; y dijo: ‘Así dirás a los hijos de Israel, YO SOY ha enviado a ustedes.”

C. Ex 6:2-3: “Habló todavía Dios a Moisés y le dijo a él: ‘Yo soy el Señor [Jehová]; 3y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, pero con Mi nombre, el Señor [Jehová], no Me di a conocer a ellos.’”

3. Dios habló a través de los profetas

A. 1 R 14:18: “Y lo enterraron, y lo endechó todo Israel, conforme a la palabra de Jehová, la cual él había hablado por u siervo el profeta Ahías.”

B. 2 S 24:11-12: “Y por la mañana, cuando David se hubo levantado, vino palabra de Jehová al profeta Gad, vidente de David, diciendo: 12‘Ve y di a David: Así ha dicho Jehová: Tres cosas te ofrezco; tú escogerás una de ellas, para que yo lo haga.’”

C. Zac 7:7: “¿No son estas las palabras que proclamó Jehová por medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada y tranquila, y sus ciudades en sus alrededores y el Neguev y la Sefela estaban también habitados?”

4. El Espíritu del Señor habló a través de personas

A. 2 S 23:2: “El Espíritu de Jehová ha hablado por mí, Y su palabra ha estado en mi lengua.”

B. 1 R 22:24: “Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ‘¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti?’”
Objeciones


1. La inspiración viola la libre voluntad.

A. La inspiración no viola la libre voluntad. ¿Qué sucede si la persona a través de quien Dios está trabajando ha sido regenerada por el Espíritu Santo y desea que Dios le hable a través de él? ¿Negaría esto la infalible habilidad de Dios para hablar a través de esa persona? ¿Significaría esto también que la persona no tiene libre voluntad si ha sujetado en forma voluntaria la misma a la voluntad de Dios?

B. Ciertamente, Dios tiene la habilidad para trabajar a través de individuos y llevarlos al lugar donde puedan registrar Sus declaraciones infalibles. ¿No puede Dios mismo manifestarse alguien, entregarle un mensaje verbal y hacer que la persona lo registre? ¿Sería esa declaración no inspirada por Dios?

C. Pr 21:1: “Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina.” Este versículo establece claramente que Dios puede trabajar a través de la “libre voluntad” de un individuo para traer todo aquello que Dios desea.


2. ¿Qué hay acerca de las numerosas contradicciones en la Biblia?

A. Es cierto que existen aparentes contradicciones en la Palabra de Dios; pero estas se deben a errores de copistas a través de los siglos. En la medida en que la evidencia histórica, arqueológica y de manuscritos es descubierta, se reducen las dificultades bíblicas. Sin embargo, para un examen de respuestas a las presuntas contradicciones de la Biblia, por favor vea Dificultades Bíblicas.

3. La evidencia del manuscrito no respalda la infalibilidad de los originales.

A. Esta es una conclusión subjetiva. Entre más he estudiado los manuscritos antiguos, he concluido que los documentos originales fueron definitivamente inspirados e infalibles.

B. La implicación lógica de las declaraciones en la Biblia es que estas son infalibles ya que reclaman ser ofrecidas como provenientes de Dios. Éstas son inspiradas o no por Dios. Si estas no son, entonces los reclamos como si vinieran de Dios son mentiras.


4. La inspiración aplica a la Escritura, no a las personas.

A. Dios trabaja en forma soberana a través de las personas para inspirar Sus documentos. Es la gente en la cual habita Dios con Su Espíritu y es la gente la cual es inspirada por Dios para escribir Sus palabras. Si la inspiración se refiere sólo a la Escritura, las mismas siguen siendo el aliento de Dios y son, sin duda, infalibles.

domingo, 25 de julio de 2010

COMO EN LOS DÍAS DE NOE.

Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Asimismo, como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. Lucas 17:26-30



Es interesante darnos cuenta que esa gran profecía ya se está cuajando frente a nuestros propios ojos; en esta ola de odio que se está desatando en estos momentos nos debe poner a todos los cristianos a estar mucho más a la expectativa.

Esta ola de odio se incrementa en medio de una generación que a pesar de estar presenciando una serie de catástrofes sobrenaturales, no se arrepiente y se deprava mucho más, llegando en estos momentos a los niveles de Sodoma y Gomorra.

Este año parece ser el año en que la sodomía se está lanzando abiertamente a las calles públicas; todos los Medios de comunicación secular han lanzado una campaña gigantesca para promocionar este abominable pecado contra la naturaleza.

Luminarias del mundo, como el famoso cantante Ricky Martin, se ha declarado públicamente gay. Y el dos veces presidente de Costa Rica y premio nobel de la paz, el Dr. Oscar Arias Sánchez, se pronunció a favor de legalizar estas prácticas a niveles de matrimonio en Costa Rica. El propio Presidente Barack Obama ha mostrado simpatía para los que practican este pecado.

En el continente europeo muy pronto entrará en vigencia la ley que penalizará a cualquier persona que diga que el homosexualismo es una práctica pecaminosa o condenable delante de Dios; este espíritu de sodomía se ha incrementado con mucha fuerza, que ha penetrado a nuestra sociedad, países como argentina ya han promulgado leyes que permiten a personas del mismo sexo poder casarse. En Venezuela, cada año se celebra la marcha del orgullo gay, cada año esta concentración crece más en números, artistas, cantantes, políticos, también machan y dan su apoyo.

La multitud que está en estas prácticas odia a todos los que no estamos de acuerdo con este pecado, aunque aclaramos que todo verdadero cristiano no odia a los gay como personas, pues son seres humanos; lo que repudiamos es la práctica homosexual, puesto que es condenable por Las Sagradas Escrituras, que dicen: Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre (Levítico 20:13). No te echarás con varón como con mujer; es abominación (Levítico 18:22).

La palabra “abominación” viene del término hebreo Toebah, y significa fuerte desaprobación. Y combina la idea de repudio y disgusto.

Los pueblos que habitaban las tierras que Israel iba a ocupar, eran pueblos paganos cuyas costumbres religiosas permitían las prácticas del homosexualismo; el Altísimo Dios Todo Poderoso quiere asegurarse que su pueblo no caiga en estas abominables prácticas.

Nuestras iglesias verdaderas no aceptan las prácticas del homosexualismo, pero están listas para recibir a cualquier alma que esté dispuesto a liberarse de este pecado y comenzar una nueva vida; de hecho, en nuestras iglesias hay múltiples de hermanos que una vez fueron esclavos de este pecado y que fueron liberados para siempre. Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres (Juan 8:36).

si te ha parecido de provecho esta información compartela con tu amigos y familiares..

José Capote
Evangelista

domingo, 27 de junio de 2010

CUENTA BANCARIA EN EL REINO DE LOS CIELOS

MATEO 6:19 - 21 " No os  hagais tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. porque donde esté vuestro tesoro allí estará vuestro corazon."

Los tesoros en la tierra no son duraderos.

La polilla destruye la ropa. Entre las riquezas materiales mencionadas en la Biblia, frecuentemente se menciona la ropa. Jos. 7:21, "un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro". 2 Reyes 5:22, "un talento de plata, y dos vestidos nuevos". Sant. 5:2, "Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla".

Isa. 51:8, "Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos". Sal. 102:26, la tierra y los cielos "perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán".

El orín (la herrumbre) corrompe (destruye). Todos los productos metálicos (automóviles, aparatos eléctricos, maquinaría) con el tiempo se quiebran, se acaban o quedan enmohecidos, oxidados, arruinados.Los ladrones literalmente "minaban" las casas de adobe para robar. Ahora se usan cadenas, chapas, candados, y toda clase de seguros.

En la actualidad, muchas personas instalan en sus automóviles sistemas de seguridad que suenan alarmas de varias clases, y los ladrones se divierten robando tales sistemas de los carros para venderlos (junto con el carro, o por separado) a otros. Es bueno cerrar con llave el carro y está bien "asegurar" con rejas las puertas y ventanas del negocio y de la casa, pero ¿quién cree que tales cosas en verdad "aseguran" nuestros tesoros terrenales?

Ratas, ratones, y termitas. Se puede agregar a lo que Jesús dice una lista larga de otros "destructores": los diluvios, incendios, y tormentas destruyen propiedades que valen millones (o billones) de dólares. Las ratas y ratones destruyen el grano. Las termitas (comejenes, hormiga blanca) son cien veces más destructivas que los incendios y tormentas, pues en poco tiempo destruyen casas de madera casi nuevas. Parece que para este insecto toda especie de madera es sabrosísima y la come con un apetito insaciable.

Las quiebras. Otra cosa que Jesús no menciona es la falta de seguridad en los bancos y otras casas financieras. Muchísimas instituciones de esta clase han caído en bancarrota. ¡Cuántas personas pierden los ahorros en esta manera! Y desde luego muchas empresas quiebran, y la consecuencia es desastrosa para los ricos (pierden su inversión) y para los pobres (pierden su empleo). Una causa mayor de las quiebras son el fraude y la corrupción.

Hay muchas otras cosas destructivas. Con las cosas mencionadas aquí no se termina la lista de fuerzas destructivas. La conclusión de todo esto es que los tesoros de la tierra no duran, son muy pasajeros. ¿Qué tan inteligente es, pues, dedicar la vida a acumular cosas de tan poca duración? Además, aunque se guardaran muchas posesiones por cien años o más, "¿qué aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" (16:26).

¿Y al morir qué pasa? "Tendré que dejar a otro" todo aquello que haya hecho o acumulado. El hombre trabaja con sabiduría, y con ciencia y con rectitud para "dar su hacienda a hombre que nunca trabajó en ello... ¿Qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?" (Ecles. 2:17-22). El hombre trabaja como esclavo, se vuelve casi loco con afán, y ¿para qué? Para dejar todo a otro que no trabajó nada por ello. (Por ejemplo, el rico acumula una fortuna, y cuando muere, su viuda se casa con otro que solamente tiene que entrar en la casa, colgar su sombrero y disfrutar del trabajo de otro). Así es la locura (la vanidad) de acumular bienes aquí en la tierra.

¿Cómo afecta el corazón el acumular tesoros?

Dios quiere el corazón. El primer mandamiento es "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón" (Mat. 22:37). El corazón incluye el intelecto, la voluntad, las emociones y la conciencia.

Requiere mucho tiempo, trabajo, y atención personal para acumular tesoros en la tierra. Por eso es muy peligroso hacerlo, porque esto significa que el corazón, que debe pertenecer a Dios, pertenece más bien a lo terrenal.

Podemos saber si estamos trabajando para fines terrenales o para fines celestiales, porque es cuestión de simplemente observar cómo se usa el tiempo, de qué se habla (Mat. 12:34), cómo se usan los recursos (para servir a Dios, Prov. 3:9, o para acumular más bienes, Luc. 12:18), etc.


Los tesoros guardados en el cielo no se destruyen.

Ni la polilla ni el orín corrompen, y ladrones no minan ni hurtan.

1 Ped. 1:4, "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros".

Heb. 11:26, Moisés tenía "por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón". Sabía que las riquezas de Egipto no duraban.

Por lo tanto, seamos ricos "para con Dios" (Luc. 12:21) en lugar de hacer tesoro para nosotros mismos.

jueves, 17 de junio de 2010

ES JESÚS DIOS.?

¿Alguna vez dijo Jesús ser Dios?

Los seguidores más recientes de Jesús parecen estar muy seguros de que Jesús era Dios en forma humana. Pablo dijo "Él es la imagen del Dios invisible...porque Dios tuvo a bien el que toda la plenitud morara en Él". Juan dijo que Jesús creó el mundo. Pedro dijo "todo aquel que en Él crea recibirá el perdón de sus pecados por medio de Su nombre."

¿Pero qué dijo Jesús de sí mismo?, ¿Alguna vez se identificó a sí mismo como Dios? De acuerdo con la Biblia... ¡Absolutamente sí! Más adelante hay algunas de las declaraciones, en su contexto, que hizo durante su estancia en la tierra.

¿ES JESÚS DIOS? ¿CÓMO INSINUABA SER DIOS?

[Juan 8:57-59] Entonces le dijeron los judíos: "aún no tienes cincuenta años y ¿ya has visto a Abraham?" Jesús les dijo: "de cierto, de cierto os digo que antes de que Abraham fuese yo soy". Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo.

[Juan 10:30-33] "Yo y el Padre somos uno". Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. "Y Jesús les contestó: muchas buenas obras les he mostrado de mi padre, ¿por cuál de ellas me apedrean? Le respondieron los judíos, diciendo, -por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia-. Porque tú siendo hombre te haces llamar Dios".

[Juan 12:44-46] Y Jesús clamó y dijo: "El que cree en mí, no cree en mí sino en el que me envió, y el que me ve, ve al que me envió. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en las tinieblas".

[Juan 13:12-14] Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: "¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y hacen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los unos a los otros".

[Juan 14:6-9] Jesús le dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Si me conoces a mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre, y con eso nos basta". Jesús le contestó: "Hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces, Felipe? Aquel que me ha visto ha visto al Padre. ¿Cómo es que dices: Muéstranos al Padre?"

¿ES JESÚS DIOS? ¿CÓMO SE DESCRIBIÓ A SÍ MISMO?

[Juan 6:32-35] Entonces Jesús contestó: "En verdad les digo: No fue Moisés quien les dio el pan del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y que da vida al mundo". Ellos dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Y Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que en mí cree nunca tendrá sed".

[Juan 8:12-14] Jesús les habló de nuevo diciendo: "Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de vida". Entonces los fariseos replicaron: "Estás hablando en tu propio favor; tu testimonio no vale nada". Jesús les contestó "Aunque yo hable en mi favor, mi declaración vale, porque yo sé de dónde he venido y a dónde voy. Ustedes son los que no saben de dónde he venido ni a dónde voy".

[Juan 10:7-11] Jesús, pues, tomó de nuevo la palabra: "En verdad les digo que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido eran ladrones y malhechores, las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta: el que entre en mí estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento. El ladrón sólo viene a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia. "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas".

[Juan 11:21-27] Entonces Martha le dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto". Pero aún así, yo sé que puedes pedir cualquier cosa a Dios y Él te lo concederá". Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará". Martha respondió: "Ya sé que será resucitado en la resurrección de los muertos en el último día". Le dijo Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida. El que en mí cree aunque muera, vivirá. El que vive y cree en mí nunca morirá. ¿Crees esto?". Ella contestó: "Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo".

¿ES JESÚS DIOS? ¿A QUÉ DIJO QUE FUE ENVIADO?

[Mateo 20:25-28] Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que los gobernantes de los gentiles actúan como dictadores y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el que de ustedes quiera ser grande, que se haga el servidor de ustedes, y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre ustedes, que se haga el esclavo de todos. Hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre".

[Marcos 9:31-32] Porque iba enseñando a sus discípulos. Y les decía "El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo harán morir. Pero a pesar de ser muerto, se levantará tres días después". Sin embargo, ellos no entendían lo dicho, y tenían miedo de interrogarle.

[Juan 3:16-18] "Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su único y unigénito hijo para que todo aquel que en Él cree no se pierda mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de Él. El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".

[Juan 6:37-40] "Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió, que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el último día".



miércoles, 5 de mayo de 2010

DIOS 2da PARTE

 Su subsistencia

En su vida esencial Dios es una comunión. Esta es quizás la revelación suprema de Dios que nos ofrecen las Escrituras: que la vida de Dios es, eternamente y dentro de sí mismo, una comunión de “tres personas iguales” y a la vez perfectamente distinguibles entre sí: “el Padre, el Hijo, y el Espíritu”, y que en su relación con su creación moral Dios es estaba extendiendo esa comunión que esencialmente es propia de sí mismo. Quizás se pueda inferir esto de la orden divina que expresa la voluntad deliberada de crear al hombre: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”, que fue expresión de la voluntad de Dios, no solamente de revelarse como comunión, sino también de abrir esa vida de comunión a las criaturas morales que hizo a su imagen, y a las que dotó para que la disfrutaran. Si bien es cierto que por el pecado el hombre perdió su capacidad de gozar de esa comunión santa, también es cierto que Dios quiso que fuera posible devolvérsela. En efecto, se ha observado que probablemente fue ese el supremo fin de la redención, la revelación de Dios en tres Personas actuando en aras de nuestra restauración: con amor electivo que nos reclamaba, con amor redentor que nos emancipaba, y con amor regenerador que nos recreaba para la comunión con él. (* TRINIDAD )

 Su paternidad

Como Dios es persona puede tener relaciones personales, la más cercana y tierna de las cuales es la de Padre. Es la designación más común que empleaba Cristo para Dios, y en teología se la reserva especialmente para la primera persona de la Trinidad. En las Escrituras hay cuatro tipos de relaciones en las cuales se aplica a Dios el término Padre.

Está la paternidad creadora. La relación fundamental entre Dios y el hombre que creó a su propia imagen encuentra su más completa y adecuada ilustración en la relación natural que comprende el don de la vida. Al llamar a su pueblo a la fidelidad a Dios y la consideración del prójimo, Malaquías pregunta “¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?” (Mal. 2.10). Isaías, cuando pide a Dios que no abandone a su pueblo, exclama: “Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste” (Is. 64.8). Pero es más particularmente en lo que hace a la naturaleza espiritual del hombre que se afirma esta relación. En He. se llama a Dios “Padre de los espíritus” (12.9, y en Nm. “Dios de los espíritus de toda carne (16.22). Cuando Pablo predicó desde el monte de Marte, utilizó este argumento para hacer comprender la irracionalidad del hombre racional cuando adora ídolos de madera y piedra, y cita al poeta Arato (“Porque linaje suyo somos”) para indicar que el hombre es criatura de Dios. Por lo tanto el hombre como criatura es la contrapartida de la paternidad general de Dios. Sin el Padre Creador no habría raza ni familia humana.

Está la paternidad teocrática, que es la relación entre Dios y el pueblo de su pacto, Israel. Como esta es más bien una relación colectiva y no personal, Israel como pueblo del pacto era la criatura de Dios, y se la intimó a reconocer y responder a esa relación filial: “Si, pues, yo soy Padre, ¿dónde esta mi honra?” (Mal. 1.6). Pero como la relación del pacto era redentora en su significado espiritual, podemos considerarla como anticipación de la revelación neotestamentaria de la paternidad divina.

Luego está la paternidad generativa, que pertenece exclusivamente a la segunda persona de la Trinidad, designada como Hijo de Dios e Hijo único. Por lo tanto es única, y no se aplica a ninguna otra criatura. Mientras estuvo en la tierra Cristo habló con la mayor frecuencia de esta relación, que era peculiarmente suya. Dios era su Padre por generación eterna, lo que expresa una relación esencial e intemporal, que trasciende nuestra comprensión. Es significativo que Jesús, cuando enseñaba a los Doce, nunca empleó la expresión “nuestro Padre” como algo común a él y a sus discípulos. En el mensaje de la resurrección por medio de María indicó dos relaciones diferentes: “Mi Padre, y… vuestro Padre” (Jn. 20.17), pero ambas partes de la afirmación están relacionadas de tal manera que una se convierte en el fundamento de la otra. Su condición de Hijo, aunque en un nivel totalmente único, constituía la base para la condición filial de sus discípulos.

También tenemos la paternidad adoptiva, que es la relación redentora que pertenece a todos los creyentes, y en el contexto de la redención se la considera en dos aspectos, en el de su relación en Cristo, y en el de la obra regeneradora del Espíritu Santo en ellos. Esta relación con Dios es básica para todos los creyentes, como les recuerda Pablo a los cristianos de Galacia: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gá. 3.26). En esta unión viva con Cristo, se los adopta en la familia de Dios, y se convierten en objeto de la obra regeneradora del Espíritu Santo, que les otorga la naturaleza de hijos: uno es el aspecto objetivo, el otro el subjetivo. Debido a su nueva condición (justificación) y relación (adopción) con Dios Padre en Cristo, llegan a ser coherederos de la naturaleza divina, y nacen en el seno de la familia de Dios. Juan lo aclaró perfectamente en el capítulo inicial de su evangelio: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad (autoridad) de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Jn. 1.13). Y así reciben todos los privilegios que corresponden a esa relación filial. La secuencia natural es, por lo tanto: “Y si hijos, también herederos” (Ro. 8.17).

La enseñanza de Cristo sobre la paternidad de Dios claramente restringe la relación al pueblo creyente. En ningún caso vemos que considere que esta relación exista entre Dios y los que no creen. No sólo no nos da ningún indicio de una paternidad redentora de Dios para con todos los hombres, sino que les dice elocuentemente a los judíos que lo criticaban: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo” (Jn. 8.44).

Si bien es en esta relación de Padre que el NT nos muestra los aspectos más tiernos del carácter de Dios, su amor, su fidelidad, y su cuidado, también nos muestra nuestra responsabilidad de manifestar a Dios la reverencia, la confianza, y la obediencia amorosa que los hijos deben manifestar hacia sus padres. Cristo nos enseñó a orar no solamente a “nuestro Padre” sino a “Padre nuestro que estás en los cielos”, inculcándonos de esta manera reverencia y humildad.

TRINIDAD

La palabra “trinidad” no aparece en la Biblia, y aunque la usó Tertuliano en la última década del ss. II, formalmente no encontró su lugar en la teología de la iglesia hasta el ss. IV. Sin embargo, es la doctrina distintiva de la fe cristiana que abarca todo lo demás. Ella hace tres afirmaciones: que no hay sino un solo Dios, que cada una de las tres personas, Padre, Hijo, y Espíritu, es Dios, y que tanto el Padre, como el Hijo y el Espíritu son personas claramente diferenciadas. En esta forma se ha convertido en la fe de la iglesia desde que recibió su primera formulación plena por Tertuliano, Atanasio y Agustín.

I. Derivación

Si bien no es una doctrina bíblica en el sentido de que no se puede encontrar formulación de ella en la Biblia, se puede ver que ella subyace a la revelación de Dios, implícita en el AT y explícita en el NT. Con esto queremos decir que, si bien no podemos hablar confiadamente de la revelación de la Trinidad en el AT, no obstante una vez que la sustancia de la doctrina ha sido revelada en el NT, podemos volver hacia atrás y comprobar la existencia de muchas implicancias de ella en el AT.

En el Antiguo Testamento

Se puede entender que en épocas cuando la religión revelada tenía que hacerse valer en un entorno de idolatría pagana, nada que pudiese poner en peligro la unidad de Dios podía darse libremente. El primer imperativo, por consiguiente, consistía en declarar la existencia del único Dios, vivo y verdadero, y a esta tarea se dedica principalmente el AT. Pero ya en las primeras páginas del AT se nos enseña a atribuir la existencia y la persistencia de todas las cosas a una fuente tripartita. Hay pasajes donde Dios, su Palabra y su Espíritu aparecen juntos, como, por ejemplo, en el relato de la creación donde Elohim aparece creando por medio de su Palabra y su Espíritu (Gn. 1.2–3). Se piensa que Gn. 1.26 apunta en la misma dirección, porque allí se afirma que Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”, seguido por la afirmación de su cumplimiento: “Y creó Dios al hombre a su imagen”, caso notable de intercambio del plural y el singular, lo cual sugiere pluralidad en la unidad.

Hay muchos otros pasajes donde Dios, su Palabra y su Espíritu aparecen juntos como “co-causas de efectos”. En Is. 63.8–10 vemos que son tres los que hablan, el Dios del pacto con Israel (v. 8), el ángel de la presencia (v. 9), y el Espíritu “enojado” por su rebelión (v. 10). Tanto la actividad creadora de Dios como su gobierno se asocian, posteriormente, con la Palabra personificada como “Sabiduría” (Pr. 8.22; Job 28.23–27), como también con el Espíritu como dispensador de todas las bendiciones, y fuente de la fuerza física, el valor, la cultura y el gobierno (Ex. 31.3; Nm. 11.25; Jue. 3.10).

La triple fuente revelada en la creación se hace más evidente aun a medida que se desenvuelve la redención. En una etapa antigua encontramos los notables fenómenos relacionados con el ángel de Yahvéh, que recibe y acepta honores divinos (Gn. 16.2–13; 22.11–16). No en todos los pasajes del AT donde aparece esta designación se refiere a un ser divino, porque está claro que en pasajes tales como 2 S. 24.16; 2 R. 19.35, se hace referencia a un ángel creado investido de autoridad divina para la ejecución de una misión especial. En otros pasajes el ángel de Yahvéh no sólo lleva el nombre divino, sino que tiene dignidad y poder divinos, dispensa liberación divina, y acepta homenaje y adoración propios únicamente de Dios. En resumen, al Mesías se le atribuye deidad, aun cuando se lo considera como persona diferenciada de Dios mismo (Is. 7.14; 9.6).

El Espíritu de Dios recibe prominencia también en relación con la revelación y la redención, y se le asigna su función en la dotación del Mesías para su obra (Is. 11.2; 42.1; 61.1), y en la de su pueblo para responder con fe y obediencia (Jl. 2.28; Is. 32.15; Ez. 36.26–27). Así, el Dios que se reveló a sí mismo objetivamente por medio del Ángel mensajero se reveló a sí mismo subjetivamente en y por el Espíritu, dispensador de todas las bendiciones y dones en la esfera de la redención. La triple bendición aarónica (Nm. 6.24) también debe tenerse en cuenta quizá como prototipo de la bendición apostólica neotestamentaria.

En los evangelios

A modo de contraste debemos recordar que el AT fue escrito antes de que se hubiese dado a conocer con claridad la revelación de la doctrina de la Trinidad, y el NT después de ella. En el NT la encontramos particularmente en la encarnación de Dios Hijo, y en el derramamiento del Espíritu Santo. Pero por tenue que sea la luz en la antigua dispensación, el Padre, el Hijo y el Espíritu del NT son los mismos que los del AT.

Puede decirse, no obstante, que como preparación para el advenimiento de Cristo, el Espíritu Santo se hizo presente en la conciencia de hombres temerosos de Dios en medida desconocida desde el cierre del ministerio profético de Malaquías. Juan el Bautista, más especialmente, tuvo conciencia de la presencia y el llamado del Espíritu, y es posible que su predicación tuviese referencia trinitaria. Llamaba al arrepentimiento para con Dios, a la fe en el Mesías venidero, y hablaba de un bautismo del Espíritu Santo, del cual su bautismo con agua era símbolo (Mt. 3.11).

Las épocas especiales de revelación trinitaria fueron las siguientes.

(i) La anunciación. La participación de la Trinidad en la encarnación le fue revelada a María en el anuncio angelical de que el Espíritu Santo vendría sobre ella, el poder del Altísimo le haría sombra y el niño que había de nacer de ella sería llamado Hijo de Dios (Lc. 1.35). De esta manera se dio a conocer que el Padre y el Espíritu participarían en la encarnación del Hijo.

(ii) El bautismo de Cristo. En el bautismo de Cristo en el Jordán se pueden distinguir las tres Personas, el Hijo que es bautizado, el Padre que habla desde el cielo en reconocimiento de su Hijo, y el Espíritu que desciende en el símbolo objetivo de la paloma. Jesús, habiendo recibido así el testimonio del Padre y del Espíritu, recibió autoridad para bautizar con el Espíritu Santo. Juan el Bautista parece haber reconocido muy pronto que el Espiritu Santo vendría del Mesías, y no simplemente con él. La tercera Persona era por lo tanto el Espíritu de Dios y el Espíritu de Cristo.

(iii)La enseñanza de Jesús. La enseñanza de Jesús es trinitaria en su totalidad. Habla del Padre que lo había enviado, de sí mismo como el que revela al Padre, y del Espíritu como aquel por el cual él y el Padre obran. Las interrelaciones entre Padre, Hijo y Espíritu se hacen resaltar en todas partes (véase Jn. 14.7, 9–10). Declaró enfáticamente: “Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Abogado), para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad” (Jn. 14.16–26). Se hace por lo tanto una distinción entre las tres Personas, y también una identificación. El Padre que es Dios envió al Hijo, y el Hijo que es Dios envió al Espíritu, que también es Dios. Esta es la base de la creencia cristiana en la “doble procesión” del Espíritu. En sus disputas con los judíos Cristo insistió en que su carácter de Hijo no provenía simplemente de David, sino de una fuente que lo convertía en Señor de David, y que ya lo era cuando David pronunció las palabras (Mt. 22.43). Esto indicaría tanto su deidad como su preexistencia.

(iv)La comisión del Señor resucitado. En la comisión dada por Cristo antes de su ascensión, con instrucciones a los discípulos sobre ir por todo el mundo con su mensaje, hizo referencia concreta al bautismo “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”. Es significativo que el nombre sea uno, pero que dentro de los límites de ese único nombre haya tres Personas claramente diferenciadas. La Trinidad como tri-unidad no podría expresarse de modo más claro

jueves, 29 de abril de 2010

QUIEN ES DIOS ?

DIOS


Dios existe, y puede ser conocido. Estas dos afirmaciones forman la base y la inspiración de todas las religiones. La primera es una afirmación de fe, la segunda de la experiencia. Como la existencia de Dios no está sujeta a demostración científica, debe ser un postulado de la fe; y dado que Dios trasciende toda su creación, sólo podemos conocerlo en la medida en que se revela a sí mismo.

La religión cristiana se distingue en que afirma que se puede conocer a Dios como Dios personal solamente en la revelación que de sí mismo hace en las Escrituras. La Biblia no fue escrita para probar que Dios existe, sino para revelarlo por medio de sus actos. Por ello la revelación bíblica de Dios es de naturaleza progresiva, y alcanza su plenitud en Jesucristo, su Hijo.

A la luz de su propia revelación en las Escrituras, tenemos varias afirmaciones acerca de Dios.

I. Su existencia

Dios existe por sí mismo. Su creación depende de él, pero él es completamente independiente de la creación. No sólo tiene vida, sino que sustenta la vida de su universo, y tiene en sí mismo la fuente de esa vida.

Este misterio de la existencia de Dios le fue revelado a Moisés en épocas muy tempranas en la historia bíblica, cuando, en el desierto de Horeb, se encontró con Dios en forma de fuego en una zarza (Ex. 3.2). Lo distintivo de aquel fenómeno fue que “la zarza ardía en fuego, … y … no se consumía” (Ex. 3.2). Para Moisés esto debe haber significado que el fuego era independiente del medio ambiente; que se autoalimentaba. Tal es Dios en su ser esencial: es completamente independiente del medio o ambiente en que desea hacerse conocer. Esta cualidad del ser de Dios probablemente encuentra expresión en su nombre personal Yahvéh y en su propia afirmación “Yo soy el que soy”, es decir “Yo soy el que tiene ser dentro de sí mismo” (Ex. 3.14).

Esta percepción se insinúa en la visión que Isaías tuvo de Dios: “… Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra … No desfallece, ni se fatiga con cansancio … Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas” (Is. 40.28–29). Él es el Dador, y todas sus criaturas son los receptores. Cristo dio su más clara expresión a este misterio cuando dijo: “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo” (Jn. 5.26). Esto hace de la independencia de la vida una cualidad distintiva de la deidad. En toda la Escritura Dios se revela como la fuente de todo lo que existe, animado e inanimado, Creador y Dador de la vida, el único que tiene vida en sí mismo.

II. Su naturaleza

En su naturaleza Dios es espíritu puro. Muy al principio de su revelación como autor del universo creado, se representa a Dios como el Espíritu que produjo la luz en medio de las tinieblas y el orden en medio del caos (Gn. 1.2–3). A la mujer samaritana Cristo le hizo la siguiente revelación acerca de Dios como objeto de nuestra adoración: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Jn. 4.24). Entre estas dos afirmaciones tenemos frecuentes referencias a la naturaleza de Dios como espíritu puro y espíritu divino. Se le llama Padre de los espíritus (He. 12.9), y frecuentemente se usa la combinación “Espíritu del Dios vivo”.

A este respecto debemos distinguir entre Dios y sus criaturas que son espirituales. Cuando decimos que Dios es espíritu puro lo hacemos para poner de manifiesto que no es parcialmente espíritu y parcialmente cuerpo, como es el caso del hombre. Es espíritu simple sin forma ni partes, razón por la cual no tiene presencia física. Cuando la Biblia dice que Dios tiene ojos, oídos, manos, y pies, lo hace en un intento de trasmitir la idea de que está dotado de las facultades que corresponden a dichos órganos, porque si no habláramos de Dios en términos físicos no podríamos hablar de él de ninguna manera. Por cierto que esto no sugiere ninguna imperfección en Dios. El espíritu no es una forma limitada o restringida de existencia, sino la unidad perfecta del ser.

Cuando decimos que Dios es espíritu infinito, nos encontramos completamente fuera del alcance de nuestra experiencia, ya que nosotros estamos limitados con respecto al tiempo y el espacio, como así también con respecto al conocimiento y el poder. Dios es esencialmente ilimitado, y cada elemento de su naturaleza es ilimitado. Llamamos a su infinitud con respecto al tiempo eternidad, con respecto al espacio omnipresencia, con respecto al conocimiento omnisciencia, y con respecto al poder omnipotencia.

Su infinitud significa también que Dios trasciende todo su universo. Pone de manifiesto su independencia de todas sus criaturas como espíritu autoexistente. No está limitado por lo que llamamos la naturaleza, sino infinitamente exaltado por encima de ella. Incluso aquellos pasajes de la Escritura que dan realce a su manifestación local y temporal también nos muestran su exaltación y omnipotencia ante el mundo como Ser eterno, Creador y Juez soberano (cf. Is. 40.12–17).

Al mismo tiempo la infinitud de Dios expresa su inmanencia. Con ello queremos hacer referencia a su presencia en todo lo creado y su poder dentro de su creación. No se mantinene apartado del mundo, como simple espectador de la obra de sus manos. Está en todo, lo orgánico y lo inorgánico, y actúa desde adentro hacia fuera, desde el centro de cada átomo, y desde las más recónditas fuentes del pensamiento, la vida y el sentimiento, como una continua secuencia de causa y efecto.

En pasajes como Is. 57 y Hch. 17 tenemos una expresión de la trascendencia y la inmanencia de Dios. En el primero vemos su trascendencia en la expresión “el alto y sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo”, y su imanencia en cuanto “habita … con el quebrantado y humilde de espíritu” (Is. 57.15). En el segundo pasaje Pablo se dirige a los atenienses afirmando la trascendencia del “Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas”, y luego afirma su inmanencia como el que “no esta lejos de cada uno de nosostros. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hch. 17.24, 28).

III. Su carácter

Dios es personal. Cuando decimos esto afirmarnos que Dios es racional, que tiene conciencia de sí mismo, que se autodetermina, que es un agente moral inteligente. Como mente suprema es el origen de toda la racionalidad en el universo. Dado que las criaturas racionales creadas por Dios poseen carácter propio e independiente, Dios debe poseer un carácter que sea divino tanto en su trascendencia como en su inmanencia.

El AT nos revela un Dios personal en función de su propia autorrevelación y de las relaciones entre sus criaturas y él, y el NT muestra claramente que Cristo hablaba con Dios en términos que solo resultan significativos en una relación de persona a persona. Por ello podemos hablar de ciertas cualidades mentales y morales de Dios en la forma en que lo hacemos del carácter humano. Se ha tratado de clasificar los atributos divinos bajo títulos como mentales y morales o comunicables e incomunicables, o relacionados y no relacionados. Aparentemente la Escritura no apoya ninguno de estos tipos de clasificaciones y, de todos modos, Dios es infinitamente más grande que la suma de todos sus atributos. Para nosotros los nombres de *Dios son designación de sus atributos, y resulta significativo que sus nombres aparecen en el contexto de las necesidades de su pueblo. Por lo tanto, parecería más acorde con la revelación bíblica tratar cada atributo como una manifestación de Dios en la situación humana que la hizo necesaria: compasión en presencia del sufrimiento, paciencia y tolerancia ante aquello que merece castigo, gracia en presencia de la culpa, misericordia frente a la penitencia, todo lo cual sugiere que los atributos de Dios designan la relación en la cual él se brinda a quienes lo necesitan. En ello encontramos la indudable verdad de que Dios en toda la plenitud de su naturaleza se encuentra en cada uno de sus atributos, de modo que nunca hay más de un atributo que de otro, nunca más amor que justicia, o misericordia que rectitud. Si existe un atributo de Dios que lo comprende todo y se encuentra en todo, ese atributo es su *santidad, rasgo que caracteriza todos los otros atributos divinos: su amor es santo, su compasión es santa, su sabiduría es santa.

IV. Su voluntad

Dios es soberano. Esto significa que prepara sus propios planes y los lleva a cabo en su propio momento y a su manera. Es simplemente una expresión de su inteligencia, su poder, y su sabiduría supremos. Significa que la voluntad de Dios no es arbitraria, sino que actúa en completa armonía con su carácter. Es la expresión de su poder y su bondad, por lo que es la meta final de toda la existencia.

Debemos hacer, sin embargo, una distinción entre la voluntad de Dios que prescribe lo que debemos hacer nosotros, y la voluntad por la cual determina lo que él mismo ha de hacer. Los teólogos distinguen entre la voluntad decretiva de Dios, por medio de la cual decreta todo lo que va a pasar, y su voluntad preceptiva, por medio de la cual asigna a sus criaturas los deberes que les corresponden. La voluntad decretiva de Dios siempre se cumple, mientras que a veces se desobedece su voluntad preceptiva.

Cuando consideramos el imperio soberano de la voluntad divina como la base última de todo lo que acontece, ya sea activamente, haciendo que ocurra, o pasivamente, permitiendo que suceda, reconocemos la distinción entre la voluntad activa de Dios y su voluntad permisiva. Por lo tanto, debemos atribuir la entrada del pecado en el universo a la voluntad permisiva de Dios, ya que el pecado es una contradicción de su santidad y su bondad. Hay así una esfera en la que predomina la voluntad de Dios, y una en la que el hombre tiene libertad para actuar. La Biblia nos muestra ambas en acción. La nota predominante en el AT es la que expresa Nabucodonosor: “… él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Dn. 4.35). En el NT encontramos un impresionante ejemplo de la voluntad divina resistida por el descreimiento del hombre, cuando Cristo dio expresión a su grito de dolor ante la actitud de Jerusalén: “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mt. 23.37). Sin embargo, la soberanía de Dios nos asegura que un día todo se rectificará a fin de que contribuya a su propósito eterno, y que finalmente será contestada la petición de Cristo: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.”

Es verdad que no podemos reconciliar la soberanía de Dios con la responsabilidad del hombre porque no entendemos la naturaleza del conocimiento divino, y porque nos falta la comprensión de todas las leyes que gobiernan la conducta humana. En la Biblia vemos que toda la vida se vive según la voluntad de Dios, quien la sostiene, “en quien vivimos, y nos movemos, y tenemos nuestro ser”, y que de la misma manera en que el ave es libre en el aire y el pez en el mar, el hombre encuentra su verdadera libertad en la voluntad de Dios que lo creó para él.

CONTINUA .......

martes, 23 de marzo de 2010

El Purgatorio Verdad o Mentira




De acuerdo con el Catequismo de la Iglesia Católica, en el párrafo 1030, "Todas las personas que mueran en la gracia y amistad de Dios, pero aún en estado imperfecto de purificación, tienen garantizada su salvación eterna, pero después de la muerte estas personas pasarán por una purificación, de forma tal que puedan lograr la santidad necesaria para entrar a la paz celestial."



El Concilio Vaticano Segundo, en su página 63 dice, "La verdad ha sido divinamente revelada acerca de que los pecados traen como consecuencia castigos. La santidad y la justicia de Dios lo demanda. Por tanto, los pecados deben ser expiados. Esto debe ser hecho en esta tierra a través de penares, sufrimientos, miserias y tribulaciones en esta vida, y últimamente, a través de la muerte. De otra forma, la expiación debe hacerse en la próxima vida, a través de tormentos y fuego o a través de castigos de purificación."



Este proceso de "purificación" ocurre en un lugar designado por la Iglesia Católica "Purgatorio". De acuerdo con esta doctrina de la Iglesia Católica, el purgatorio no se supone que sea un lugar de castigos, sino un lugar de purificación. La naturaleza de tal purificación, de acuerdo con varios teólogos católicos, va desde una consciencia extrema de pérdida, hasta un intenso y terrible dolor, causado por el "fuego purificador".



De acuerdo con la doctrina de la Iglesia Católica, aunque una persona esté en estado de gracia, esta persona no puede entrar al cielo hasta que los pecados que quedaron pendientes durante la vida en la tierra sean purificados. De acuerdo con la Iglesia Católica, el bautismo perdona los pecados cometidos hasta el punto de su consumación, pero las oraciones, indulgencias, penitencias, absoluciones y la Misa, son medios a través de los cuales el pecador es capaz de espiar los pecados cometidos después del bautismo.



Si después de la muerte tales pecados no son remitidos o perdonados, tal persona tendrá que sufrir las "llamas de la purificación" hasta que quede suficientemente limpio y puro para poder estar ante la presencia de Dios. Además de todo esto, las intercesiones hechas por los católicos en nombre de aquellos que están en el presente en el purgatorio tienen la habilidad de ayudar en el proceso. Esto además se logra diciendo la Misa, ciertos hechos de penitencia, decir el Rosario, o por indulgencias donde los beneficios son aplicados a la persona muerta que se encuentra en el purgatorio. ¿Quiénes van al purgatorio?



De acuerdo con esta doctrina católica, el purgatorio no es para todo el mundo. Los niños bautizados que mueran antes de la edad del conocimiento del bien y del mal y los "santos" Católicos que murieron y vivieron una vida santa, están excusados de "llamas de la purificación".



¿Cuánto dura tal purificación en el purgatorio?



El tiempo que alguien debe sufrir en este estado realmente no es conocido, pero se considera que deberá ser proporcional a la naturaleza y la severidad de los pecados cometidos. Por tanto, este tiempo podría ser desde unas horas hasta miles de años. "Mientras peor fue la persona, más tiempo deberá purgarse."



¿Es el purgatorio una doctrina cristiana ortodoxa?



Todo cristiano debe saber que la Biblia es la única fuente autoritaria de verdad, y por tanto, esta doctrina católica del purgatorio tiene muchas objeciones peligrosas para la vida cristiana.



1. El purgatorio no se enseña en la Biblia.



2. La existencia de un lugar como este implica que el sacrificio de Cristo en la Cruz no limpia de todos los pecados.



3. El purgatorio implica que nuestras obras son realmente las que nos llevan al cielo, en vez de la fe en Cristo.



4. Finalmente, la doctrina católica del purgatorio implica que existe algo que debemos hacer para ser limpiado de nuestros pecados.



"Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo; por gracia sois salvos; Y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: No por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas."



Efesios 2:5-10



Los católicos, por supuesto, no están de acuerdo con nuestra posición. Ellos recurren a la cita de la literatura producida por varios "padres de la Iglesia", de la literatura apócrifa, y algunas referencias bíblicas sobre la purificación por fuego tomadas fuera de contexto.



Sin embargo, sin comenzar este análisis con prejuicios, yo particularmente creo que tal doctrina no tiene ninguna base bíblica y que como cristiano que soy, debo basarme solamente en lo contenido en la Biblia para buscar mi salvación. Es una pena que el sacrificio magno de Cristo sea puesto en segundo plano para dar cabida a conjeturas como estas, de las que no se tiene ninguna referencia bíblica fidedigna.






jueves, 18 de marzo de 2010

LA VENIDA DE JESUCRISTO

El libro de Daniel Capitulo 2 nos habla del sueño el cual tuvo el rey “NABUCONODOSOR” el cual nos habla de los reinos e imperios en toda la historia de la raza humana y de la VENIDA DE U GRAN REY EL CUAL ESTABLECERÁ SU REINO DE PAZ EN LA TIERRA EL CUAL NO TENDRA FIN. Este profeta nos habla de manera contundente hacerse del RETORNO DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.

DANIEL 2: 40 en adelante nos dice:
Los Pies de Barro Cocido y de Hierro: La continuación del Imperio Romano o “La Roma Revivida”

“…sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido


Por último, La estatua tenía los pies de barro cocido y hierro; y aquí es importante detenernos. Esta parte de la profecía trata sobre nosotros en la actualidad. No es sobre el pasado, sin lugar a dudas es una descripción de nuestro presente. El barro cocido simboliza países débiles, mientras que el hierro, evidencia la continuación del Imperio Romano. Estas son naciones fuertes, que en algún momento pertenecieron Roma. Debemos prestar mucha atención, porque tal y como señaló Jesucristo en el evangelio de Mateo, sabemos que lloverá cuando el cielo está nublado. Preparémonos entonces y conozcamos lo que anuncia ésta profecía bíblica, porque estas palabras fueron dejadas por Dios hace miles de años especialmente para los hombres y mujeres de hoy. Estos pies representan a Europa y consecuencialmente, a la Unión Europea, el mayor bloque comercial y político del mundo.

Para tener una visión completa, miremos un poco hacia atrás. El Imperio Romano fue dividido como hemos visto, y dicha partición dio origen a lo que hoy conocemos como Europa. Esta división coincide perfectamente con los 10 dedos de la estatua (mezcla de barro cocido y hierro) como continuación del hierro del Imperio Romano. Simultáneamente, al estudiar Daniel capítulo 7, observamos que el autor describe un "cuerno pequeño" como un imperio que a su vez, surgirá de lo que hoy es Europa. Nace éste, de los 10 “cuernos” o países que pertenecieron a Roma, y posteriormente, en Daniel capitulo 8, ambos imperios se fusionan. Este imperio que nace en Europa y que es continuación del romano, es el Vaticano. En otras palabras, la profecía nos presenta dos poderes sucesivos en la historia, que comparten el mismo símbolo (el hierro) lo que indica claramente que uno es continuación del otro, y que el Vaticano es en realidad la versión religiosa-política de un imperio que jamás murió.

La División del Imperio Romano: Las tribus bárbaras atacaron al hasta quebrantar el imperio en el año 476 D.C., y las diez divisiones cayeron bajo el mandato de diez reyes. Estos fueron: los alamanes (en Alemania), los francos (en Francia), los burgundios (en Suiza), los suevos (en Portugal), los vándalos (en África), los visigodos (en España), los sajones (en Bretaña), los lombardos, los ostrogodos y los hérulos (en Italia).

En el libro de Daniel hallamos que un poder nació de aquellas 10 naciones y que luego derribó a tres de ellas. Los hérulos, los vándalos y los ostrogodos se opusieron a las pretensiones del papado y por ello, fueron destruidos con la excusa de rehusarse a convertirse al cristianismo. La alianza de Justiniano (El entonces emperador de lo que quedaba del Imperio Romano) con el papado, dio origen a un nuevo poder, que era diferente de los otros 9 reinos. Era diferente en su naturaleza político-religiosa. Este estilo de poder fue denominado "cesaropapista". De esta manera, el ejército del emperador Justiniano, en cooperación con el papa, fue venciendo sucesivamente a estos tres reyes: A los Hérulos, en 439 D.C., a los Vándalos, en 533-534 D.C., y finalmente a los Ostrogodos, en 538 D.C


La Piedra que Desmenuza Los Pies



“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro”. Daniel 2:44-45.

Tal y como hemos visto, han surgido a través de la historia de la humanidad cuatro potencias mundiales, mismas que ya habían sido descritas desde hace miles de años por la profecía que Daniel explicó a Nabucodonosor. Luego del último y más cruel Imperio, Dios intervendrá directamente para aplastar en un solo día a todos los imperios forjados por la mano del hombre y establecer su Reino; después del cual ya no habrá más reino humano en la faz de la Tierra.


La Piedra Rechazada

“La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos”. Salmo 118:22-23.

La Piedra Del Ángulo

“He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure”. Isaías 28:16.


La piedra que destruirá al Anticristo y su terrible gobierno es Jesucristo! Jesús es la roca de vida eterna y como roca fuerte se describe a lo largo de muchos libros de la Biblia. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7. Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a Cristo. Los eruditos están de acuerdo en que el sueño de Nabucodonosor representa el surgimiento y la caída de imperios humanos. Representa la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su Reino sobre la tierra.

Todas estas cosas ya están por suceder. Mantengámonos atentos, pues el Señor nos ama profundamente y no quiere que nadie se pierda. Deja entrar la palabra de vida de Cristo en tu corazón y verás como todo comienza a ser hecho nuevo. Si bien es cierto que las cosas son más difíciles cada día, también lo es que Dios, hoy está con nosotros como nunca antes y que su misericordia, es un poder impenetrable que nos envuelve cada vez con mayor fuerza. No te dejes engañar.

EN EL PROXIMO ARTÍCULO CONTINUAREMOS HABLANDO ACERCA DE ESTE TEMA DE GRAN IMPORTANCIA PARA NUESTROS DÍAS.



martes, 9 de marzo de 2010

ESTABLECIMIENTO DEL REINO DE CRISTO

El libro de Daniel Capitulo 2 nos habla del sueño el cual tuvo el rey “NABUCONODOSOR” el cual nos habla de los reinos e imperios en toda la historia de la raza humana y de la “VENIDA DE U GRAN REY EL CUAL ESTABLECERÁ SU REINO DE PAZ EN LA TIERRA EL CUAL NO TENDRA FIN. Este profeta nos habla de manera contundente hacerse del RETORNO DE NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR JESUCRISTO.


DANIEL 2: 40 en adelante nos dice:

Los Pies de Barro Cocido y de Hierro: La continuación del Imperio Romano o “La Roma Revivida”

“…sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido”

 La estatua tenía los pies de barro cocido y hierro; y aquí es importante detenernos. Esta parte de la profecía trata sobre nosotros en la actualidad. No es sobre el pasado, sin lugar a dudas es una descripción de nuestro presente. El barro cocido simboliza países débiles, mientras que el hierro, evidencia la continuación del Imperio Romano. Estas son naciones fuertes, que en algún momento pertenecieron Roma. Debemos prestar mucha atención, porque tal y como señaló Jesucristo en el evangelio de Mateo, sabemos que lloverá cuando el cielo está nublado. Preparémonos entonces y conozcamos lo que anuncia ésta profecía bíblica, porque estas palabras fueron dejadas por Dios hace miles de años especialmente para los hombres y mujeres de hoy. Estos pies representan a Europa y consecuencialmente, a la Unión Europea, el mayor bloque comercial y político del mundo.

Para tener una visión completa, miremos un poco hacia atrás. El Imperio Romano fue dividido como hemos visto, y dicha partición dio origen a lo que hoy conocemos como Europa. Esta división coincide perfectamente con los 10 dedos de la estatua (mezcla de barro cocido y hierro) como continuación del hierro del Imperio Romano. Simultáneamente, al estudiar Daniel capítulo 7, observamos que el autor describe un "cuerno pequeño" como un imperio que a su vez, surgirá de lo que hoy es Europa. Nace éste, de los 10 “cuernos” o países que pertenecieron a Roma, y posteriormente, en Daniel capitulo 8, ambos imperios se fusionan. Este imperio que nace en Europa y que es continuación del romano, es el Vaticano. En otras palabras, la profecía nos presenta dos poderes sucesivos en la historia, que comparten el mismo símbolo (el hierro) lo que indica claramente que uno es continuación del otro, y que el Vaticano es en realidad la versión religiosa-política de un imperio que jamás murió.

La División del Imperio Romano: Las tribus bárbaras atacaron al hasta quebrantar el imperio en el año 476 D.C., y las diez divisiones cayeron bajo el mandato de diez reyes. Estos fueron: los alamanes (en Alemania), los francos (en Francia), los burgundios (en Suiza), los suevos (en Portugal), los vándalos (en África), los visigodos (en España), los sajones (en Bretaña), los lombardos, los ostrogodos y los hérulos (en Italia).

En el libro de Daniel hallamos que un poder nació de aquellas 10 naciones y que luego derribó a tres de ellas. Los hérulos, los vándalos y los ostrogodos se opusieron a las pretensiones del papado y por ello, fueron destruidos con la excusa de rehusarse a convertirse al cristianismo. La alianza de Justiniano (El entonces emperador de lo que quedaba del Imperio Romano) con el papado, dio origen a un nuevo poder, que era diferente de los otros 9 reinos. Era diferente en su naturaleza político-religiosa. Este estilo de poder fue denominado "cesaropapista". De esta manera, el ejército del emperador Justiniano, en cooperación con el papa, fue venciendo sucesivamente a estos tres reyes: A los Hérulos, en 439 D.C., a los Vándalos, en 533-534 D.C., y finalmente a los Ostrogodos, en 538 D.C

.La Piedra que Desmenuza Los Pies


“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro”. Daniel 2:44-45.

Tal y como hemos visto, han surgido a través de la historia de la humanidad cuatro potencias mundiales, mismas que ya habían sido descritas desde hace miles de años por la profecía que Daniel explicó a Nabucodonosor. Luego del último y más cruel Imperio, Dios intervendrá directamente para aplastar en un solo día a todos los imperios forjados por la mano del hombre y establecer su Reino; después del cual ya no habrá más reino humano en la faz de la Tierra.

La Piedra Rechazada

“La piedra que rechazaron los edificadores ha venido a ser cabeza del ángulo; de parte de Jehová es esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos”. Salmo 118:22-23.

La Piedra Del Ángulo


“He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure”. Isaías 28:16.

La piedra que destruirá al Anticristo y su terrible gobierno es Jesucristo! Jesús es la roca de vida eterna y como roca fuerte se describe a lo largo de muchos libros de la Biblia. Pablo afirma esto en Romanos 9:33, y Pedro dice lo mismo en 1 Pedro 2:6-7. Con seguridad la piedra mencionada en Daniel se refiere a Cristo. Los eruditos están de acuerdo en que el sueño de Nabucodonosor representa el surgimiento y la caída de imperios humanos. Representa la venida de Jesucristo, la piedra viviente, para establecer su Reino sobre la tierra.

Todas estas cosas ya están por suceder. Mantengámonos atentos, pues el Señor nos ama profundamente y no quiere que nadie se pierda. Deja entrar la palabra de vida de Cristo en tu corazón y verás como todo comienza a ser hecho nuevo. Si bien es cierto que las cosas son más difíciles cada día, también lo es que Dios, hoy está con nosotros como nunca antes y que su misericordia, es un poder impenetrable que nos envuelve cada vez con mayor fuerza. No te dejes engañar.

EN EL PROXIMO ARTÍCULO CONTINUAREMOS HABLANDO ACERCA DE ESTE TEMA DE GRAN IMPORTANCIA PARA NUESTROS DÍAS.

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